03 junio 2012

SAINT LUIS REY Regios

Hoy, sábado noche, mi esposa y yo hemos conseguido que los niños se duerman relativamente pronto y hemos decidido obsequiarnos a nosotros mismos con una copita de ron Diplomático Reserva (yo) y con un chupito de crema asturiana de orujo El Norteño (ella), de las que compro en nuestras visitas a mi querida Ribadesella, mientras escuchamos un poco de música en el salón de casa.

He encendido un Saint Luis Rey en su vitola Regios, cigarro con el que me obsequió un querido amigo estanquero del centro de Barcelona, y tras veinte minutos de fumada he creído justo escribir este breve artículo para cantar las alabanzas de un cigarro que me está sorprendiendo desde el comienzo. Sinceramente hacía tiempo que un habano no me regalaba unas notas de fumada tan ricas y constantes como este, y os aseguro que los fumo con frecuencia. Y además me parece reseñable que no se trate de una marca con mucho presupuesto de marketing tras ella, ni de una edición limitada, ni especial ni regional. Todo lo contrario: esta marca es una de las más desconocidas y menos vendidas del portfolio de habanos en España, al contrario que en Francia, país en el que esta marca es bastante relevante.

La construcción del cigarro es estupenda, la capa carmelita casi maduro (más oscura que las habituales capas de los cigarros cubanos de producción continua), la combustión perfecta (lo que tampoco es habitual en los cigarros procedentes de esta isla) y el tiro espectacularmente correcto (menos habitual todavía). El impacto del cigarro en boca inicialmente es casi suave, finalizando en medio, aunque pasando el humo por nariz notamos claramente una fortaleza alta con dejes pimentosos. Los sabores en paladar son refinados, tostados y con notas a incienso y aromas muy perfumados. El final elegante y nada cargante, muy limpio en boca.

Ciertamente una labor que ha pasado sin pena ni gloria por el mercado español y que, dado el precio que tiene, que no es que sea barato, pero sí bastante contenido si lo comparamos con vitolas parecidas de marcas más mediáticas, en mi opinión debería haberse valorado mejor. Una agradable sorpresa para terminar un sábado muy familiar y de descanso tras mi periplo por tierras galegas, del que ya dejé constancia en mi anterior cata sobre el gran Kristoff Ligero Maduro.

1 comentario:

  1. Fantástica descripción de un gran cigarro desconocido en España.

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