15 octubre 2010

CASA MAGNA Churchill (remake)

Como colofón del día, después de habernos endulzado con los postres, al tiempo que apurábamos los cafés y comenzábamos a disfrutar de una copa del reconocido ron dominicano Barceló Imperial, Adolfo Otaola, gerente de De Los Reyes Cigars, nos presentaba un cigarro incorporado hace apenas cuatro meses al vitolario disponible en España de la reconocida y exitosa marca Casa Magna, acogida con gran entusiasmo por los buenos fumadores de nuestro país. Se trata del Casa Magna Churchill, un soberbio cigarro digno de incluir habitualmente en nuestro humidor, ya que todos los que nos preciamos de disfrutar con el buen humo deberíamos deleitarnos a menudo con los grandes cigarros que nos lo regalan. Y este es uno de ellos. No en vano, el Robusto de dicha marca fue galardonado con el premio al Mejor Cigarro del Año 2008 por la acreditada revista norteamericana Cigar Aficionado.

El prestigioso tabaquero dominicano Manuel Quesada es el artífice de la soberbia liga del Casa Magna, elaborada en Nicaragua, -con tabaco de Estelí para la tripa, Condegas para el capote y Jalapa para la capa-, por otro de los grandes de la hoja, el reconocido Néstor Plasencia.

Nuestro “magno” Churchill aparece envuelto en una bella, bronceada y uniforme capa, brillante, sedosa, aceitosa y sudada, signos inequívocos de su perfecta selección y envejecimiento de cinco años, coronada por una egregia anilla, en tonos dorados, negros y rojos. Al tacto se presenta esponjoso y a la vez recio, lleno de buen tabaco, cuyo dulce aroma en frío nos recuerda a bizcocho recién horneado.

Nada más encenderlo el cigarro nos regala sabores achocolatados, persistentes en boca, frescos y acaramelados, que se mezclan con rastros de fruta madura. El segundo tramo de la fumada se caracteriza por un balance y una nobleza extraordinarios, por una notable evolución, y por un gran equilibrio y armonía de aromas, sin ninguna arista de agresividad. Permanece el rastro dulzón dejado por el primer tercio, pero salpicado ahora por matices de madera y tierra, consecuencia del añejado de cuatro años de la tripa del cigarro. La lenta combustión es impecable, la ceniza es blanca, espesa y de gran consistencia, el tiro perfecto y la fortaleza se acerca ahora a un cuerpo pleno. Al final de este tramo hacen su aparición ciertas trazas amargas y especiadas, pero sin abandonar ese sabor cremoso a chocolate tan especial.

El tercer tercio se caracteriza por un sabor totalmente cafetero, que mezclado con el dulce del caramelo presente en toda la fumada, nos aporta un inconfundible gusto a tofee. El final es ciertamente delicioso, largo, inmenso, digno de un cigarro superior.

Su nombre lo dice todo: Casa Magna, cigarro majestuoso. El formidable remate de una intensa jornada en la que pudimos disfrutar del sol, el hermoso paisaje de estas tierras castellanas, el potente motor del Jaguar XF, la buena gastronomía y el buen humo.
 
* Artículo publicado en la Revista "La Boutique del Fumador" de Octubre del Club de Fumadores por la Tolerancia

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