28 febrero 2009

LA AURORA 1495 SERIES Robusto


Después de un mes sin poder escribir acerca del buen humo (no sin degustarlo) debido a una serie de reponsabilidades que me tienen muy atareado últimamente, regreso con un cigarro tal vez desconocido para alguno de vosotros, pero realmente recomendable: un robusto de La Aurora 1495.

Lo primero que es justo destacar es su gran bouquet en frío: herbáceo y mantecoso a la vez, nos abre el apetito de los sentidos de similar manera a cuando percibimos el agradable olor de un manjar suculento justo antes de almorzar.

La capa es sedosa y bastante aceitosa, signos de que el cigarro ha "sudado" correctamente gracias a sus condiciones óptimas de conservación. En este sentido me recuerda mucho a la capa del Wavel (un robusto de La Gloria Cubana en su versión dominicana -por cierto, muy famoso en E.E.U.U.- que me regaló mi cuñado a la vuelta de su viaje por dicho país).

En cuanto al tiro, muy bueno, y la combustión perfecta. ¡Qué gloria! La verdad es que los cigarros de procedencias dominicanas, nicaragüenses, hondureñas... en general, son sobresalientes en estas lides. La fortaleza del cigarro es suave en sus inicios y crece hasta media en el segundo tercio, culminando de igual modo. El color de la ceniza es de un blanco mate precioso, y la consistencia muy reseñable, no en vano aguantó hasta casi la mitad del cigarro antes de precipitarse al cenicero.
Vamos con los aromas y sabores: en las primeras bocanadas apreciamos un gran y a la vez suave sabor. A medida que avanza la fumada se hacen evidentes los gustos a tostados y frutos secos, como a cascajo de avellana. Detecto también un ligero regusto metálico típico de esta marca, como si la tierra en que fuera cultivada la planta de tabaco de este cigarro (o alguna de ellas) fuera rica en hierro.
La calificación definitiva del cigarro no ha de bajar el listón del 8,5. Cigarro muy cremoso, que deja un grato recuerdo, con una excelente presentación, perfectas cualidades de tiro y combustión, un excelso sabor a tostados y frutos secos y una relación calidad/precio excelente. Aunque no lo encuentren en todos los estancos, recomiendo encarecidamente su búsqueda.
Para finalizar les diré que, en mi opinión, este es un puro con el que se podría uno quedar, acompañado de un buen oloroso, hasta... la aurora.

01 febrero 2009

VEGAS ROBAINA EDICION EXCLUSIVA ESPAÑA

Hoy ha vuelto a nevar. Es la tercera importante nevada de este invierno en España. Realmente, hace frío y como no pretendo salir pronto de casa, voy a elegir un cigarro que me depare por lo menos dos horas de placer, para llenar de calor esta heladora tarde de febrero.

El cigarro elegido es un Vegas Robaina Famoso Edición Exclusiva para España. Esta marca entró en el mercado Español en 1997 y es propiedad del famoso Alejandro Robaina, el productor de tabaco más famoso de Cuba. Este ejemplar, especial, lo adquirí en junio del año pasado después de que Fran me recomendara encarecidamente que lo probase. No había encontrado el momento adecuado y ya lo estaba deseando probar.

El aspecto externo es realmente increible. Destaca su cuidada capa carmelita, con tonos rojizos, sedosa y grasienta. El bouquet es riquísimo, con recuerdos a hierba y madera. Ya antes de fumarlo se puede intuir que es un cigarro especial. Esta edición incorpora una anilla extra en color plateada y rosa, de la edición especial para España.

El tiro es perfecto, sin sustos a los que a menudo nos tienen acostumbrados los productos cubanos. ¡Que agradable!
La combustión es muy buena, aunque en algún momento en el que mi verborrea llega a ser excesiva (es decir, me olvido de aspirar) fruto de lo interesante de la conversación, casi se apaga.

La fortaleza podríamos calificarla de media, aunque como es lógico va ganando cuerpo a medida que se va fumando.

En cuanto a aromas y sabores, el primer tercio es espectacular, suave, con gustos típicos cubanos, con regusto a madera y notas dulces que recuerdan a fruta madura. Me resulta inusualmente agradable disfrutar de este humo frío en la boca, en la caldeada terraza de mis suegros, mientras ahí fuera cae una nevada de escándalo.
En el segundo tercio se acrecientan los sabores terrosos y amaderados y el tercero es una verdadera exhibición de sabor, equilibrio y aroma, sin pesadez, agradable y pleno.

No dudo en calificarle con un sobresaliente, un nueve alto (en el colegio era una manera muy sutil de no ponerte un diez)... Si todavía lo encontrais por las cavas españolas... ¡atrapadlo!

Mi suegro no se atrevió con esta vitola. Se perdió un ejemplar exclusivo y especial, pero me regaló una interesante sobremesa con una amena conversación.