14 octubre 2012

QUESADA Q D'Etat Molotov

El cigarro del que voy a hablar en esta ocasión es de reciente aterrizaje en nuestro país. Tan reciente que fue el pasado lunes cuando llegaron, procedentes de la fábrica Matasa, propiedad de la familia Quesada, una de las familias tabaqueras con más solera en la industria y con reconocido prestigio internacional. Después del éxito cosechado en EE.UU. a raíz de su presentación en el Festival del Cigarro Dominicano Procigar del pasado mes de febrero, la importadora española de cigarros premium Tabaqueros del Caribe brinda a los fumadores españoles la posibilidad de disfrutar de esta línea de cigarros Q D'Etat. Además, su desembarco ha coincidido con la presencia en España del tabaquero y patriarca de la familia, Manuel Quesada, quien ha tenido la oportunidad de compartir eventos y fumadas con estanqueros y consumidores de buena parte de nuestra geografía.
 
Esta línea de cigarros tiene nombres con motivos bélicos: Molotov, Howitzer y Daga. La génesis de la idea la encontramos en el apoyo que "los jóvenes de la Q-5" (expresión que utiliza Manuel Quesada para referirse a la quinta generación de esta familia, formada por sus hijas Raquel y Patricia Quesada y sus sobrinos Esther, Hostos y Terence) quisieron prestar a la asociación civil Cigar Rights of America, surgida en EE.UU. para defender los derechos de los fumadores mediante iniciativas ante las instituciones norteamericanas, tanto a nivel municipal, como en los Estados y también a nivel federal. El concepto “Q D'Etat”, que en francés se traduciría como “golpe de Estado”, viene a ser un paralelismo con la situación que vivimos los fumadores de muchos países, donde se han recortado nuestros derechos imponiendose prohibiciones exageradas e injustas, donde cada vez los impuestos al tabaco son más abusivos y donde se plantea seguir diseñando leyes que no favorecen ni el libre comercio ni el legítimo deseo de las marcas tabaqueras a darse a conocer mediante publicidad en los medios de comunicación e incluso ni en el mismo punto de venta. Una doble moral, en el sentido de que lo que se denosta y prohibe, el tabaco, es origen de cuantiosas recaudaciones fiscales por parte de los estados. Pues es como si, cada vez que una iniciativa de este corte se aprueba, dieran en el blanco de los fumadores.
De ahí los tres formatos de los que consta esta serie limitada de cigarros:
- Molotov: pretende recordar a la bomba de fabricación casera que los finlandeses lanzaron contra los rusos en la II Guerra Mundial después de que el General Viacheslav Mólotov comunicara por radio al pueblo de Finlandia que el ejército ruso no estaba bombardeando, sino enviando alimentos. Sarcásticamente, el ejército finlandés declaró que si «Mólotov ponía la comida, ellos pondrían los cócteles», que comenzaron a llamar "cócteles de Molotov".
- Howitzer: era el cañón obús de 105mm. utilizado por los veteranos del ejército estadounidense en la II Guerra Mundial. De ahí las enormes proporciones de este cigarro, de 6 x 60 pulgadas.
- Daga: es el último cigarro lanzado al mercado de esta serie, un salomón estilizado con tres cepos también, que pretende poner a la industria en alerta frente a las posibles próximas medidas antitabaco que se puedan derivar del resultado de las ya cercanas elecciones presidenciales en EE.UU., que vendrían a ser como una estocada sobre los derechos de los fumadores.
De los tres formatos, el elegido hoy es el primero que salió al mercado, el Molotov, cuya forma figurada es francamente original, con una silueta que recuerda a una botella (la del coctel) con la boca rematada en forma de mecha de la bomba. El cigarro tiene tres cepos distintos: en el pie 44, en el bulbo de la botella 58 y en la boca 38, los tres puntos de inflexión de una fumada que evolucionará sin duda, pasando por tres momentos bien definidos y diferentes en sabor y sensaciones. Tiene la tradicional anilla de Quesada con la Q espigada aprovechándola para dibujar una hoja de tabaco con su contorno y otra banda adicional con unas llamas de fuego y la inscripción “Molotov”.
 
Nada más cortarle la “mecha”, en frío, ya deja sentir su aroma guerrero. El tiro, a pesar de su extraño formato, es fabuloso. La ceniza gris tirando a blanca y la combustión buena aunque quizá sea necesario practicarle algún retoque al llegar a la parte más ancha del arma para que la capa se pueda homogeneizar en la quemada. El sabor es muy peculiar. Levemente especiado al principio, sutilmente picante diría yo, como sí el humo contuviera la aguja fina de un buen espumoso. En el segundo tercio, ya cuando el cuello de la botella ha pasado y el bulbo (el cepo más grueso) se ha abierto, crece un deje ahumado y salino al fondo de paladar.  
Al contrario de lo que su nombre pudiera sugerir es un cigarro que da la batalla en el sabor, en las sensaciones que trasmite, en su fuerte personalidad, pero que no dispara excesiva fortaleza ni humea aromas desmesuradamente apabullantes. Fortaleza media a media alta en el segundo tercio, sobre todo si pasamos el humo por la nariz, que es donde realmente se detecta el impacto de fuerza de un cigarro.
El último tercio siempre me parece delicioso. Es el que más me gusta de los tres, aunque sea el que dura menos. Porque se concentran los sabores en un cañón más pequeño, cuando de nuevo se cierra el bulbo y se concentran más los aromas. La aguja del principio va dejando paso a un dulzor contenido, manteniendo una base ahumada, siendo ahora el humo más cremoso y con menos especia.
Sorprende además que este cigarro, con impacto y gran aporte de sabor y aroma, esté ligado con tabaco 100% dominicano: capa Habana Vuelta Arriba, capote Campo 2007 y tripa de Criollo 98 todas sembradas en República Dominicana. Y digo que sorprende porque aún circula entre los fumadores de puros -aunque por suerte cada vez menos- uno de esos  mitos o clichés: el de que los puros dominicanos son suaves en fortalezas y planos en sabores. Pues he aquí un ejemplo de que, hoy en día, es… sólo un mito.
Un disfrute de cigarro, ligado de nuevo por los Q5, la quinta generación de la familia, los jóvenes, como le gusta decir al maestro Manuel Quesada. Es una de las muchas cosas que me gustan y admiro de esta querida familia: el arte de crear ligas nuevas, de ingeniar cigarros para satisfacer al fumador de puros Premium mediante todos los sentidos implicados en la degustación de un cigarro (vista, aroma, tacto y sabor), y su capacidad de comunicar su pasión por el mundo del puro con un marketing directo, positivo, imaginativo y familiar. 
Muchas gracias, familia Quesada, por esta iniciativa, que pretende apoyar a aquellos que nos defienden, aunque sea desde el otro lado del “charco”. Desde aquí hago extensible su apoyo a las organizaciones que, de manera similar, lo intentan hacer en nuestro país. Ojalá a partir de ahora, el Q D’Etat tabaquero esté cumplido.

12 julio 2012

HOYO DE MONTERREY Edición Limitada 2011


Lo tenía en mi humidor desde que llegaron las primeras cajas a España. Fue obsequio de uno de esos queridos estanqueros con los que de vez en cuando comparto un café y una fumada. Y hoy, después de comer, en la bendita portalina de la casa de campo del pueblo leonés donde estoy descansando unos días con la familia, me he decidido a "quemarlo".

Lo primero que me sorprende muy gratamente es la capa: muy bien torcida, cuidada y con un color bastante más oscuro que las capas que suelen exhibir la mayoría de los habanos. Se trata de una pequeña pirámide que no pasará de un 48 de cepo siendo generosos.

Muy amable en sabores desde el comienzo, fortaleza suave, nada cargante en paladar, sino que por lo contrario lo deja muy limpio después de exhalar el humo, de sabor muy fresco, con un toque dulzón y evidencias de una muy buena fermentación, ya que no hay rastros químicos en él. Toques apimentados y cuero a partir de la mitad. Combustión y tiros excelentes, lo que es muy de agradecer, ya que no suele ser una de las virtudes de los cigarros habanos.

En mi opinión un muy buen cigarro, que si bien es verdad que no es el summun de la explosión de sabores, sí me parece una labor muy cuidada y ciertamente interesante. El problema es que el precio... sigue siendo elevado para los tiempos que corren y máxime aún ahora que podemos encontrar marcas excelentes en casas dominicanas o nicaragüenses. Pero obviando eso y valorando el cigarro en concreto, una gran fumada.

12 junio 2012

KRISTOFF SUMATRA Robusto


Kristoff es una marca de cigarros Premium presente en España ya desde hace casi cinco años, propiedad del norteamericano Glen Case y elaborada en la República Dominicana bajo la dirección del maestro ligador de origen cubano Rolando Villamil. 

La caja y el aspecto externo del cigarro quieren recordar la presentación típica cubana antes de la revolución, cuando los puros se embarcaban en el puerto de La Habana metidos en barriles, cuyas paredes se forraban con los restos de las hojas de tabaco (rezagos) utilizados en su manufactura, para que el vai-ven de la mar no dañara los cigarros y éstos se remataban en rabo de cochino y la capa se dejaba sin guillotinar. De ahí la leyenda escrita en la anilla, que dice: “Elite Cuban Taste”.

La composición del cigarro, con cuatro años de añejamiento en todas sus hojas, es la siguiente: capa semilla Sumatra cultivada en Ecuador, capote de Brasil y tripa Piloto Cubano República Dominicana y Nicaragua. La capa es de tono colorado oscuro, más aceitosa si cabe que la de la serie Original Criollo (anilla marrón), incluso grasienta, y muy aromática antes de encender. La anilla de esta serie Sumatra es de un color rojo agranatado muy atractiva.

El primer tercio es muy elegante, con un fondo dulzón pero sobretodo terroso. En el segundo tercio abundan matices tostados y especias en retrogusto. Y el final es más amargo. El tiro y la combustión son sensacionales, la ceniza gris blanquecina muy consistente y la fortaleza media durante toda la fumada.

Sólo añadiré una cosa más: si lo probáis, fijaos cómo a medida que se quema la capa salen los aceites esenciales de la hoja y se forma otro anillo oscuro muy fino al lado del de combustión de color negro… Es una evidencia de la excelente capa que ha seleccionado el tabaquero para este cigarro.

03 junio 2012

SAINT LUIS REY Regios

Hoy, sábado noche, mi esposa y yo hemos conseguido que los niños se duerman relativamente pronto y hemos decidido obsequiarnos a nosotros mismos con una copita de ron Diplomático Reserva (yo) y con un chupito de crema asturiana de orujo El Norteño (ella), de las que compro en nuestras visitas a mi querida Ribadesella, mientras escuchamos un poco de música en el salón de casa.

He encendido un Saint Luis Rey en su vitola Regios, cigarro con el que me obsequió un querido amigo estanquero del centro de Barcelona, y tras veinte minutos de fumada he creído justo escribir este breve artículo para cantar las alabanzas de un cigarro que me está sorprendiendo desde el comienzo. Sinceramente hacía tiempo que un habano no me regalaba unas notas de fumada tan ricas y constantes como este, y os aseguro que los fumo con frecuencia. Y además me parece reseñable que no se trate de una marca con mucho presupuesto de marketing tras ella, ni de una edición limitada, ni especial ni regional. Todo lo contrario: esta marca es una de las más desconocidas y menos vendidas del portfolio de habanos en España, al contrario que en Francia, país en el que esta marca es bastante relevante.

La construcción del cigarro es estupenda, la capa carmelita casi maduro (más oscura que las habituales capas de los cigarros cubanos de producción continua), la combustión perfecta (lo que tampoco es habitual en los cigarros procedentes de esta isla) y el tiro espectacularmente correcto (menos habitual todavía). El impacto del cigarro en boca inicialmente es casi suave, finalizando en medio, aunque pasando el humo por nariz notamos claramente una fortaleza alta con dejes pimentosos. Los sabores en paladar son refinados, tostados y con notas a incienso y aromas muy perfumados. El final elegante y nada cargante, muy limpio en boca.

Ciertamente una labor que ha pasado sin pena ni gloria por el mercado español y que, dado el precio que tiene, que no es que sea barato, pero sí bastante contenido si lo comparamos con vitolas parecidas de marcas más mediáticas, en mi opinión debería haberse valorado mejor. Una agradable sorpresa para terminar un sábado muy familiar y de descanso tras mi periplo por tierras galegas, del que ya dejé constancia en mi anterior cata sobre el gran Kristoff Ligero Maduro.

31 mayo 2012

KRISTOFF LIGERO MADURO Robusto


Queridos amigos: escribo este artículo desde el incomparable marco de la Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela, ciudad medieval donde las haya, meta del legendario Camino de Santiago, pueblo de la cultura, el estudio, la tuna y la empanada, lugar de reposo del Apóstol Santiago, que viajó a España a predicar el Evangelio de Jesús, mi patrón y el de nuestra querida España. 

Y es que no he podido evitar hacerlo mientras degustaba este cigarro, recién llegado a nuestra tierra hace apenas dos meses, a petición de nuestro amigo Rosendo Badía, nombrado "embajador oficial de Kristoff en Cataluña", de Joan López, estanquero de Palafrugell y de Miguel Estévez, estanquero de la ciudad en la que me encuentro y gerente del Club de Puros Bonche, donde mañana disfrutaremos de una agradable sobremesa catando este mismo cigarro.

La liga es la siguiente: capa Brasil madura; capote semilla cubana de República Dominicana; y tripa también semilla cubana de Dominicana y de Nicaragua. Capa tono color chocolate con alto gramaje de cacao, como le gusta a mi padre, brillante, aceitosa y gruesa. Nada más tomarlo en la mano destaca el gran peso del cigarro, que se nota compacto y lleno de tabaco. 

El aroma previo al encendido es fuerte, distinto a todo los puros que he olido hasta ahora, muy original, como si entráramos en una tienda especializada en chupas de cuero para conductores de Harleys. Sin embargo, una vez encendido, inicia su andanza sin estridencias, con notas especiadas muy tenues, hasta que en el segundo tercio comienza a desplegar sabores dulzones que recuerdan a pasas sultanas. La fortaleza se mantiene media en boca pero alta en nariz, donde se perciben aromas especiadas a canela. La combustión es lenta, debido al elevado peso del tabaco que contiene, la ceniza blanca y el tiro muy correcto.

Para mi gusto la línea más completa y equilibrada de todos los Kristoff con los que contamos en España. Si os animáis a probarlo, buscadlo con paciencia, o si queréis poneos en contacto conmigo y os digo dónde encontrarlo. La producción es escasa. Un lujo ver cómo lo fabrican en Charles Fairmon en Santiago de los Caballeros, un lujo tenerlo ya entre nosotros y más lujo todavía poder compartirlo con amigos como los que antes he mencionado.

21 marzo 2012

“DOMINICANA… ¡VIVA EL TABACO!”

Es una evidencia que vivimos tiempos de dificultades en torno al sector del tabaco causados, entre otros motivos, por las numerosas prohibiciones que acechan a los fumadores y que no se lo ponen nada fácil para disfrutar de uno de los mayores placeres de la vida, como es el de degustar un buen cigarro puro acompañado de un fino licor, en soledad o en torno a una buena conversación. Placer éste muy relacionado con el mundo gourmet, la buena gastronomía, los buenos vinos y una larga y animada sobremesa, rasgos distintivos de nuestra cultura española. Cultura en la cual, hasta hace muy poco, la costumbre popular dictaba que cualquier evento  debía finalizar con el consabido “café, copa y puro”. Es pues una satisfacción que existan hoy en día buenos fumadores de puros que tengan la curiosidad de conocer de primera mano las fábricas donde se elaboran algunas de las marcas de cigarros que consumen en España, así como los tabaqueros que dan vida a esos buenos humos.


Los socios de “Vitola’s Club Privat” de fumadores de puros, afincado en la bella población gerundense de Palafrugell, en la Costa Brava, tuvieron la oportunidad de vivir una inolvidable semana tabaquera en República Dominicana. A la cabeza del grupo marchaban los estanqueros Joan López y su esposa Serafina Barris, propietarios del Estanc del Mercat, expendeduría nº3 de dicha población, galardonada con el premio a la mejor cava de puros de nuestro país en el año 2011. Como padrinos del grupo viajaron también Adolfo Otaola, Director General de Tabaqueros del Caribe S.L., empresa que importa a España, entre otras, algunas de las marcas que se elaboran en las fábricas visitadas, como Quesada y Kristoff, acompañado de su esposa Mª Ángeles Mut, y de quien estas líneas escribe.

La primera cita la tuvimos en las vegas de tabaco que el acreditado cosechero Leo Reyes posee en la región de Navarrete. De su mano pudimos recorrer las plantaciones y visitar las casas de secado mientras recibíamos una extensa explicación de todos los procesos de la preindustria.

Posteriormente fuimos recibidos, y dispensados con toda clase de atenciones, por la familia Quesada en su nueva fábrica de Matasa. Acompañados del patriarca de la familia, de origen cubano, Manuel Quesada, de sus hijas Raquel y Patricia, quinta generación de una de las familias tabaqueras más prestigiosas del sector, y sus sobrinos Esther, Hostos y Blondy, conocimos de primera mano todas las instalaciones de la preciosa fábrica situada en la zona de Licey, en la capital tabaquera de la isla. Posteriormente el maestro Manuel Quesada nos deleitó con un seminario magistral acerca del tabaco, su cultivo y los procesos para la elaboración de los cigarros Premium, mientras degustábamos un Quesada España.

En la próxima visita nos esperaba Albert Monserrat, español de origen catalán, para mostrarnos Cigar Rings, empresa que diseña e imprime las anillas de muchas de las grandes marcas de cigarros en el mercado internacional. Otra de las visitas que entusiasmó al grupo fue la realizada a la fábrica Charles Fairmon, que da vida a los cigarros Kristoff, en la que fuimos guiados por el reconocido tabaquero Rolando Villamil y por el propietario de la marca, Glen Case.

Los últimos días de esta cálida y amigable estancia en República Dominicana los dedicamos al descanso en la Playa del Portillo, en la península de Samaná, al noreste de la isla, donde pudimos deleitarnos, ya con más calma, y piña colada o mojito en mano, de todas las series de cigarros con las que fuimos obsequiados durante nuestra estancia con los tabaqueros.

Hay que estar allí para valorar los cigarros como aquel anónimo que dijo: “fumar cigarrillos es humano, fumar puros es divino“. Hay que estar en la tierra, en las vegas, entre las plantas de tabaco, en las casas de secado, en el cuarto de fermentación, entre cujes y pilones, burros y sacas, ver la selección de hojas para tripa, capote y capa, hay que visitar la sala de despalillado, la de añejamiento y almacén, hay que ver cómo el rolero, con la habilidad de sus manos, arma el bonche o tirulo que pasará un tiempo en la prensa para adecuarse al cepo necesario, y finalmente ensimismarse con el espectáculo del encapado, magia a través de la cual, con unos toques de infinita sutileza y elegancia el maestro coloca la capa y la perilla al cigarro, dejándolo listo, previo paso por la sala de reposo, para el futuro deleite de nuestros sentidos. Todo esto, de una manera resumida, es lo que ocurre para que podamos disfrutar de uno de los grandes placeres de la vida: degustar un buen cigarro, haciendo gala de la famosa frase de Mark Twain: “No soy esclavo de un vicio, sino dueño de un placer”.  

Veo un humo denso, blanco, atractivo y espeso, que dibuja en la habitación una fina niebla que envuelve de magia y misterio estos momentos, en los que si cierro los ojos puedo perfectamente transportarme al mundo de los sueños, del tabaco y del ron, donde una extraña ingravidez te inunda mientras disfrutas de cada rincón de este fantástico país caribeño. Al abrir los ojos, me doy cuenta de que ya no estoy allí, pero estoy seguro de que cada vez que encienda un ejemplar de Quesada o de Kristoff, podré revivir aquel inolvidable viaje del que es imposible regresar sin decir… “¡Viva el tabaco!”.


* Artículo publicado en la Revista "La Boutique del Fumador" de Marzo 2012 del Club de Fumadores por la Tolerancia

12 marzo 2012

SIGUEME EN Twitter @jaimedejuana

Queridos amigos y lectores:

En primer lugar, me gustaría pediros disculpas por la escasa actividad que ha tenido este humilde blog en los últimos meses. Por diversas razones, unas familiares, que me ocupan más tiempo que antes y otras profesionales, que muchas veces me sobrepasan, no he podido atender este nuestro espacio de reflexiones y experiencias en torno al cigarro como lo venía haciendo meses anteriores.

Por esta razón, aprovechando el desarrollo de las nuevas tecnologías y el despunte de las redes sociales, he decidido incluir en el margen derecho del blog un cuadro de mi cuenta de Twitter, donde a partir de ahora podréis ver mis experiencias sobre fumadas y cigarros, con la brevedad y concisión que esta aplicación exige. Pero precisamente por esta razón seré capaz de compartir con vosotros comentarios con mayor asiduidad. Y esto no significa que abandone las entradas habituales en el blog: las seguiré redactando, pero reservándolas para las marcas, vitolas o referencias que supongan realmente una novedad, un plus, dignas de ser tenidas en cuenta y puestas a disposición de vuestra preciosa atención.

Por eso, si deseáis seguirme en Twitter, me tenéis a vuestra disposición en @jaimedejuana. Y si no tenéis cuenta en esta red, podéis seguirlo haciendo en el mismo blog, localizando los post en la parte derecha del mismo.

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