12 junio 2012

KRISTOFF SUMATRA Robusto


Kristoff es una marca de cigarros Premium presente en España ya desde hace casi cinco años, propiedad del norteamericano Glen Case y elaborada en la República Dominicana bajo la dirección del maestro ligador de origen cubano Rolando Villamil. 

La caja y el aspecto externo del cigarro quieren recordar la presentación típica cubana antes de la revolución, cuando los puros se embarcaban en el puerto de La Habana metidos en barriles, cuyas paredes se forraban con los restos de las hojas de tabaco (rezagos) utilizados en su manufactura, para que el vai-ven de la mar no dañara los cigarros y éstos se remataban en rabo de cochino y la capa se dejaba sin guillotinar. De ahí la leyenda escrita en la anilla, que dice: “Elite Cuban Taste”.

La composición del cigarro, con cuatro años de añejamiento en todas sus hojas, es la siguiente: capa semilla Sumatra cultivada en Ecuador, capote de Brasil y tripa Piloto Cubano República Dominicana y Nicaragua. La capa es de tono colorado oscuro, más aceitosa si cabe que la de la serie Original Criollo (anilla marrón), incluso grasienta, y muy aromática antes de encender. La anilla de esta serie Sumatra es de un color rojo agranatado muy atractiva.

El primer tercio es muy elegante, con un fondo dulzón pero sobretodo terroso. En el segundo tercio abundan matices tostados y especias en retrogusto. Y el final es más amargo. El tiro y la combustión son sensacionales, la ceniza gris blanquecina muy consistente y la fortaleza media durante toda la fumada.

Sólo añadiré una cosa más: si lo probáis, fijaos cómo a medida que se quema la capa salen los aceites esenciales de la hoja y se forma otro anillo oscuro muy fino al lado del de combustión de color negro… Es una evidencia de la excelente capa que ha seleccionado el tabaquero para este cigarro.

03 junio 2012

SAINT LUIS REY Regios

Hoy, sábado noche, mi esposa y yo hemos conseguido que los niños se duerman relativamente pronto y hemos decidido obsequiarnos a nosotros mismos con una copita de ron Diplomático Reserva (yo) y con un chupito de crema asturiana de orujo El Norteño (ella), de las que compro en nuestras visitas a mi querida Ribadesella, mientras escuchamos un poco de música en el salón de casa.

He encendido un Saint Luis Rey en su vitola Regios, cigarro con el que me obsequió un querido amigo estanquero del centro de Barcelona, y tras veinte minutos de fumada he creído justo escribir este breve artículo para cantar las alabanzas de un cigarro que me está sorprendiendo desde el comienzo. Sinceramente hacía tiempo que un habano no me regalaba unas notas de fumada tan ricas y constantes como este, y os aseguro que los fumo con frecuencia. Y además me parece reseñable que no se trate de una marca con mucho presupuesto de marketing tras ella, ni de una edición limitada, ni especial ni regional. Todo lo contrario: esta marca es una de las más desconocidas y menos vendidas del portfolio de habanos en España, al contrario que en Francia, país en el que esta marca es bastante relevante.

La construcción del cigarro es estupenda, la capa carmelita casi maduro (más oscura que las habituales capas de los cigarros cubanos de producción continua), la combustión perfecta (lo que tampoco es habitual en los cigarros procedentes de esta isla) y el tiro espectacularmente correcto (menos habitual todavía). El impacto del cigarro en boca inicialmente es casi suave, finalizando en medio, aunque pasando el humo por nariz notamos claramente una fortaleza alta con dejes pimentosos. Los sabores en paladar son refinados, tostados y con notas a incienso y aromas muy perfumados. El final elegante y nada cargante, muy limpio en boca.

Ciertamente una labor que ha pasado sin pena ni gloria por el mercado español y que, dado el precio que tiene, que no es que sea barato, pero sí bastante contenido si lo comparamos con vitolas parecidas de marcas más mediáticas, en mi opinión debería haberse valorado mejor. Una agradable sorpresa para terminar un sábado muy familiar y de descanso tras mi periplo por tierras galegas, del que ya dejé constancia en mi anterior cata sobre el gran Kristoff Ligero Maduro.