28 abril 2009

EL CREDITO SERIE R Robusto Nº 6


Hoy me encuentro en el Café Croche, de gratos recuerdos, uno de mis locales preferidos en una población cercana de Madrid, histórica, real, monumental: San Lorenzo del Escorial. Este local, apodado por un amigo como “Cruchaga”, que para algunos se ha convertido en un símbolo de este pueblo, es un bar de copas al estilo “café” tradicional, decorado de manera bohemia, elegante y señorial al mismo tiempo.

Me dispongo a disfrutar un cigarro recién llegado a España procedente del Valle del Cibao, de la República Dominicana: un robusto de El Crédito Serie R, un obsequio de mi amigo estanquero mostoleño (aunque extremeño ilustre de Trujillo) Tomás Gadella, uno de los hombres que más sabe de puros en España. Y quien dude de lo que digo sólo tiene que acercarse a su espectacular cava de puros y mantener con él una breve conversación sobre esta excelsa afición que compartimos para darse cuenta de que tengo razón.

Destaca en este cigarro la combinación de tabacos: de Ecuador para la capa, de Nicaragua para el capote y de tripa dominicana. El color es casi maduro y el aroma amaderado. La capa es ligeramente rugosa, tipo sumatra, con venas elegantemente marcadas. La ceniza es blanca muy compacta y de gran consistencia (duró hasta casi la mitad de la fumada antes de precipitarse… esta vez al cenicero). El tiro es magnífico, como se puede esperar de un robusto como este. La fortaleza es suave en los inicios, gana pujanza a lo largo de la fumada manteniéndose siempre educada y la combustión es perfecta durante toda la degustación.

El cigarro comienza tremendamente suave pero con rastros muy picantes. Aproximándonos al inicio del segundo tercio aprecio sabores ya más dulces, con un retrogusto muy aromático que me recuerda a chocolate con leche. Ya en el segundo tercio entrado, cuando escucho la canción “Joke” interpretada por Andy Gibb, de los BeeGees, los sabores son plenamente tabaqueros permaneciendo el mismo regusto dulce de hace unas cuantas aspiraciones, pero si cabe, con un amaderamiento más notable todavía.

No sería justo ocultar que durante el tercer tercio el cigarro se torna un tanto plano, ligeramente adolente de carácter. No obstante el disfrute del momento es exquisito: “Pour que tu M’aimes” de mi cantante franco-canadiense favorita (los lectores de este blog sabrán perfectamente a quién me refiero) produce en mí unos recuerdos dulces imborrables. No en vano fue el fondo de música de un montaje de fotos diseñado por mi mujer y por un servidor que proyectamos el día de nuestra boda. Andrea Bocelli con su “Toscana” aporta una nota de equilibrio, calidad y reposo, que maridan muy bien con las características del cigarro.

Le adjudicaremos una nota general de 7,5. Cigarro muy correcto, con perfecto tiro y combustión, sabores tabaqueros amanerados ciertamente dulzones, muy equilibrado. Aunque con falta de desarrollo a partir de la mitad de la fumada, recomiendo su cata y, si podéis, hacedlo en el ambiente en el que lo he disfrutado yo.

Al final la guinda la pone otra vez uno de los grandes: Frank Sinatra con su “My Way”. En este momento, en este entorno, con un mojito (con hojas de hierbabuena por supuesto), acompañado de buena música, en este pueblo y con este cigarro, hago mías las palabras de Frank: “I did it my way”, es decir “lo hice…a mi manera”.

19 abril 2009

PARTAGAS SERIE D nº 5 Edición Limitada 2008


¡Gracias Alfredo! Ha sido todo un detalle que te agradecí personalmente el otro día, pero quiero repetirlo ante mis ya mil lectores: gracias.
El viernes pasado mi mujer y yo invitamos a cenar a casa a una pareja de amigos, Marta y Alfredo. Conseguimos que nuestro pequeño retoño se durmiera relativamente pronto. La cena fue tranquilla -un wok casero delicioso que preparó mi esposa- acompañada de la voz de la fabulosa Etta James, y regada por un vino italiano detalle del padre de Marta, que nos sorprendió por su sabor y ligereza. Este buen "manjare" y la excelente compañía hubiera sido suficiente para degustar juntos un buen puro acompañado del licor adecuado. Pero Alfredo me dio la sorpresa tras la cena: "Hoy los puros los pongo yo". Además, no cualquier puro. Nos disponemos a disfrutar, nada más y nada menos que de sendos Partagás Serie D nº5 Edición Limitada 2008. Todo un detalle.

El aspecto externo era realmente estimulante, con capa sedosa color carmelita oscuro tirando a maduro. Es de reseñar que el cigarro esta en perfecto estado de conservación: "Recién sacado de la cava", apunta Alfredo. Esta edición posee una doble anilla, la típica roja y otra en color negro y dorado, que trasfiere al puro aspecto de exclusividad. Y tanto, como que sólo han llegado a España 1600 cajas. Es interesante señalar que las hojas de este cigarro han sido sometidas a un doble proceso de fermentación.

La ceniza es de tono gris medio con rodales negros, con una consistencia espectacular (antes de poner perdida la alfombra tan bonita que hemos adquirido hace poco para el salón). El tiro es muy bueno y la combustión bastante aceptable. Durante toda la fumada sólo se me apagó una vez y fue porque le di de manera exagerada a la "sin hueso".

La fortaleza comienza relativamente suave y amable. Apunta Alfredo que no raspa la garganta, que no pica. Efectivamente, este puro no puede hacer de esas...travesuras. Simplemente un lujo. Ya entrado en el tercer tercio el cigarro despliega más fuerza, el humo incrementa su agresividad y por tanto el cigarro decrece en aromas, tan sutiles durante los dos primeros tercios.

Aromas y sabores: las primeras bocanadas son encantadoramente aromáticas. Los sabores son habano-tabaqueros, con puntas dulces. En el segundo tercio el cigarro adquiere mucho más cuerpo, pleno en boca, lleno de sabor y a la vez delicado. Es cierto lo que apunta mi amigo: "El humo no quema, es como humo frío...". Se despliegan ahora sabores más especiados y ya al final de este tercio afloran algunos recuerdos a regaliz en el retrogusto.

Nota general: un 9.

Excelente y agradabilísimo cigarro, que destaca por su facilidad de fumada, sabores plenos, muy aromático, con características de tiro y combustión buenas. Lo único malo que encuentro en él es que... sólo mide 120mm. (un robusto de cepo 50). Demasiado corto para continuar una sobremesa acompañado de buenos amigos. Apetece encender otro. Probadlo y no quedaréis defraudados. Y si tenéis la suerte de que os invite un buen amigo como a mí... ¡dadle las gracias de verdad!