26 junio 2011

VEGAFINA SUMUM Edición Especial 2010

Recién llegado de un cansado viaje en coche, después de almorzar ligeramente y reposar el tiempo suficiente como para quedarse transpuesto -como se suele decir cuando se quiere denotar que uno ha descansado lo suficiente pero sin llegar a la desconexión total-, y con la calorina que está cayendo por todo el mapa de la geografía española, se me antoja degustar un cigarro suave e incluso, refrescante, para acompañar un rato de relax en la piscina (a la sombra, por supuesto). Me acordé de un cigarro que ya probé hace apenas un mes y medio, en una tarde calurosa de esta pasada primavera, en una de las muchas terrazas que adornan nuestras calles y que tan inestimable servicio nos prestan a todos los fumadores, y más aún a los que degustamos cigarros puros, ya que esta nuestra afición no se conforma con un par de minutos en cualquier sitio al aire libre, sino que requiere de un buen rato, en un agradable lugar que acompase el ritmo de nuestro deleite.

Volver a ver el tubo plateado con letras negras -presentación moderna que a algunos ha gustado por su originalidad, y a otros nada en absoluto- en el que va enfundado el Robusto en cuestión me terminó de convencer. Quizá el color, absolutamente inusual para un estuche en tubo de un cigarro, sugiere querer dejar escapar una especie de brisa que apacigüe el recalentamiento estival.

Desenfundado, el cigarro muestra una capa no muy brillante pero sí aceitosa al tacto, de aspecto algo rústico, no tanto por un tono colorado tirando a maduro algo irregular, sino sobre todo, por un desafortunado pliegue o solapamiento que tiene casi a la altura de la cabeza del mismo. Pero esas cosas pueden pasar y además no suelen afectar a la fumada. El aroma en el pie del cigarro antes de encender es fascinante, delicado pero muy rico, con recuerdos a miel, mismo aroma que se siente al succionar antes de encenderlo, mezclado entonces con algo de cedro, aroma probablemente aportado por la lámina de dicha madera, que lo envuelve dentro del tubo.

Inicia muy suave, con sabor herbáceo y poca persistencia en boca. Tiro y combustión excelentes y ceniza blanca, compacta y duradera. Un deje dulzón comienza a querer sobresalir sin conseguirlo del todo, siendo cercenado en sus aspiraciones por un regusto amargo más potente en el paladar. El segundo tercio es más aromático, con toques de pimienta negra sobre una base de fortaleza contenida, lo que permite disfrutar de un paso de humo por nariz francamente gracioso y muy agradable. El tercer tercio incrementa, tanto la  fortaleza hasta dejarla en media, como el sabor del puro, con los especiados de antes siempre presentes pero aportando ahora sabores tostados francamente interesantes.

El Vegafina Sumum de este año 2011 -cuando sale a la venta, aunque en el tubo pone 2010- es un cigarro muy correcto, huelga decir que con más intensidad que la línea clásica de la marca, con sabores suaves y amables, pero carente de evolución y profundidad. Un 6. No obstante, cumplió su función en una tórrida tarde de este incipiente y caluroso verano español.

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